martes, 25 de junio de 2013

El ciego vidente (parte 6)

 En la casa trabajaba como cocinera una mujer terriblemente curiosa, que no soportaba escuchar semejante griterío sin enterarse de lo que estaba pasando. Mientras el resto de la servidumbre acompañaba al padre cerca de la puerta, ella se acercó al cuarto por el lado del patio y con una aguja hizo un pequeñísimo hueco en la ventana de papel. Inmediatamente y antes de que la cocinera hubiera tenido tiempo de mirar, los demonios escaparon por el agujerito.
Entretanto, el chico había vuelto a la vida. Se sentó y se frotó los ojos. El ciego llamó a su padre.
-Hijito, hijito... -murmuraba el hombre, abrazándolo sin entender-. Qué te pasó...
-No me pasó nada, papá. Me quedé dormido y tuve unos sueños muy raros- dijo el chico.
El hombre se arrojó a los pies del viejo ciego y se los empezó a besar. Quería darle su casa, su fortuna, su vida.
Pero el viejo no quiso aceptar ni un centavo.
-Usted no puede darme nada, porque mi vida ya está terminada. Ya es tarde para mí. Podría haber destruido a esos demonios, pero ahora han escapado y están sueltos por el mundo. Me conocen, me odian y quieren vengarse. Van a matarme.
Y el viejo se fue con su bastón, cabizbajo, lleno de angustia, suspirando y despidiéndose de este mundo, mientras gruesas lágrimas caían de sus ojos ciegos.
Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario